Trabajamos por el socio y sus derechos
En pleno Estado de Alerta AEGC denunció el comportamiento que estaba teniendo el Sargento del Puesto de Robledo de Chavela (Madrid) con los integrantes del puesto, inmiscuyéndose en la vida privada de sus subordinados a los que ordenó que fueran sus esposas las que realizaran las compras y, por tanto, se expusieran ellas al convid-19.
En la denuncia, presentada por nuestra abogada Elena Fletes de la Cal, también se imputa las mismas conductas tanto al capitán jefe de la 1ª Compañía de San Lorenzo del Escorial como su teniente adjunto. Fletes de la Cal imputa a los tres mandos conductas constitutivas de un delito de abuso de autoridad, en concreto, la abogada de AEGC y representante del agente, acusa al sargento de “haber emitido órdenes ajenas al servicio y relativas, por tanto, a la conducción de la vida privada, restrictivas de derechos tales como el de circulación y privacidad que excedían los parámetros legales de la situación de alarma”. Durante este periodo se exigió a los guardias civiles del puesto comunicar con antelación las salidas que tuvieran previstas al tiempo que se les imponía que estas salidas las realizaran los cónyuges. El mando también exigía a sus subordinados una justificación en caso de efectuar ellos las salidas para asuntos domésticos. Precisamente en una de estas salidas sin la “supuesta autorización” del sargento realizada por nuestro asociado en su coche particular por este fue parado por el mando en presencia del Capitán de la Compañía y del Teniente, ambos también denunciados. Al agente se le sometió, posteriormente, a un registro personal y del vehículo. Una diligencia a todas claras innecesaria y que no se reflejó en ninguna aplicación, pero si fue observada por los vecinos de la localidad lo que supuso, además, una humillación para el agente que es muy conocido en el municipio.
Esta no es la primera vez que el Sargento del Puesto de Robledo de Chavela protagoniza una conducta anticonstitucional ya que con anterioridad al confinamiento el mando habría anulado la solicitud de permiso por vacaciones de otro agente sin que este tuviera conocimiento o hubiese autorizado dicha solicitud, es decir que fue suplantado.
AEGC cuando denunció este comportamiento ya anunció que cuando todo volviera a la normalidad llevaría a la justicia este comportamiento abusivo. Ahora confiamos en que sea la justicia la que ponga fin a este tipo de conductas que no sólo dañan la imagen de la Institución sino que también perjudican seriamente el funcionamiento del puesto por el malestar que crea.
